Primum non nocere 2016

El paciente que sobrevive a un infarto de miocardio grave tiene ante sí otro pequeño calvario: tomar todos los medicamentos que han probado ser beneficiosos para la prevención de nuevos episodios coronarios. A partir de ese momento conocerá a nuevos y excitantes amigos que atienden bajo el nombre de aspirina, medicamentos para el colesterol y antihipertensivos,  eso en el mejor de los casos. Como en toda larga amistad  las desavenencias, e incluso los abandonos pueden surgir. Estos problemas,no se pueden permitir en tan importante relación, ya que el efecto preventivo solo acontece si el tratamiento continúa indefinidamente.

adherenceUno de los aspectos peor resueltos en toda la gestión de la enfermedad coronaria y otras enfermedades crónicas es el cumplimiento terapéutico. Un meta-análisis con datos de 20 estudios de evaluación que englobaba más de 30.000 pacientes evaluó el cumplimiento de 7 medicamentos involucrados en la prevención primaria y secundaria de la cardiopatía isquémica, a saber: aspirina, estatinas, betabloqueadores, inhibidores de la enzima conversora de angiotensina, bloqueadores del receptor de angiotensina, antagonistas del calcio y tiacidas.

El cumplimiento global medio estimado a partir de todos los estudios fue del 57% (con un intervalo de confianza de 50-64) después de 24 meses de media de seguimiento. Es decir, de cada 100 pacientes, 57 seguían el tratamiento pautado de forma que se consideró correcta, tomaban los medicamentos prescritos con la dosis y la periodicidad indicadas. Hubo diferencias estadísticamente significativas entre los medicamentos según se utilizaran en prevención primaria y secundaria (50 y 66, respectivamente) pero no las hubo entre las distintas clases de medicamentos, salvo las tiacidas en prevención primaria.Tras un análisis de metarregresión se comprobó que la adherencia bajaba 0,15 puntos porcentuales por mes de seguimiento y que la edad, el sexo y la forma de pago de los medicamentos no influían en el grado de adherencia.

En la discusión, los autores sostienen que las características de los fármacos, como los efectos adversos o el coste, tendrían un impacto menor en la adhesión terapéutica y que, elementos generales, como la frecuencia y la intensidad de las revisiones clínicas por el prescriptor, ámbito (atención primaria o secundaria) de inicio del tratamiento y el nivel educativo del paciente podrían ser factores determinantes más importantes del cumplimiento.

Comentario publicado previamente en AMF-Actualización en Medicina de Familia

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