Informe especial: los últimos escándalos sacuden la imagen de la industria farmacéutica

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Informe especial: los últimos escándalos sacuden la imagen de la industria farmacéutica
Mirada Profesional, 31 de julio de 2013
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Varios laboratorios deben afrontar procesos legales en todo el planeta, producto de su política corporativa. En China, GlaxoSmithKline acaba de ser acusada de sobornar por millones de dólares a médicos locales. Por su parte, Bayer debe afrontar acusaciones de efectos secundarios de dos de sus medicamentos. En EE UU, Pfizer acepta pagar una millonaria multa por promocionar de forma ilegal uno de sus productos.

Se le atribuye a Benjamin Franklin aquella frase sobre los médicos: “el mejor es el que conoce la inutilidad de la mayor parte de las medicinas”. Si bien los avances de la salud parecen anular este pensamiento, cuando uno revisa las políticas de los fabricantes de estas medicinas, la cosa no parece tan errada. Es que en el mundo los escándalos protagonizadas por los laboratorios productores de medicamentos se acumulan, y desnudan la peor cara de esta industria, tan poderosa como cuestionada. En el último tiempo, las principales firmas del sector tuvieron que afrontar procesos legales, denuncias y otras situaciones que ponen en tela de juicio su política sanitaria. En la Argentina, las farmacéuticas no están exentas de estos problemas. Ante esto, Mirada Profesional repaso las últimas denuncias contra los motores de la venta de fármacos en el planeta.

Cuento chino
El último gran escándalo de las farmacéuticas se dio en China, donde la inglesa GlaxoSmithKline está acusada de pagar millones en sobornos. Según el ministerio de Seguridad Pública del gigante asiático afirmó que algunos directivos de la filial china de la compañía farmacéutica británica “han confesado graves delitos económicos tras ser interrogados por la Policía”.

En un comunicado, el ministerio acusó a los sospechosos de ofrecer «grandes sobornos» a funcionarios del Gobierno chino, asociaciones y fundaciones médicas, hospitales y médicos «con el objetivo de ampliar el mercado de la compañía y subir los precios de sus medicinas». Los sobornos se habrían realizado «mediante agencias de viajes o a través del patrocinio de proyectos», según el texto. Además, la filial china de GlaxoSmithKline habría llevado a cabo maniobras para evadir el pago de impuestos como el cobro ilegal mediante la emisión de facturas falsas.

El comunicado no especifica a cuántos directivos se ha interrogado ni su identidad. «Se cree que los delitos se han cometido durante un tiempo, con la participación de un gran número de personas y cantidades significativas de dinero», indica la nota. Algunos de los directivos están acusados de aceptar comisiones ilegales y sobornos procedentes de agencias de viajes, cuyos empleados también están siendo interrogados por la policía.

La operación se basa en una investigación conjunta entre las fuerzas de seguridad de la municipalidad de Shanghai y las de las provincias de Hunan y Henan (centro del país). La farmacéutica tiene un centro de investigación y desarrollo en Shanghai y otros seis puntos de fabricación, en los que ha invertido más de US$500 millones (ver Diario El Mundo de España, 12/7/2013).

Ante estas pruebas, GlaxoSmithKline dijo el lunes que algunos de sus ejecutivos en China “parecen haber violado la ley” como parte de un gran escándalo de sobornos que ha envuelto a la multinacional. Esto, analizan en Londres, es una virtual confesión de culpabilidad. La compañía también dijo que unos cambios propuestos en sus operaciones se traducirían en precios menores de sus medicamentos en China.

«Ciertos ejecutivos de alto rango de GlaxoSmithKline China, que conocen bien nuestros sistemas, parecen haber actuado fuera de nuestros procesos y controles, violando la ley china,» dijo en un comunicado el jefe de la firma para los mercados emergentes, Abbas Hussain. Hussain, enviado a China la semana pasada para dirigir la respuesta de GSK a la crisis, sostuvo una reunión con el Ministerio de Seguridad Pública en la que también se comprometió a revisar el modelo comercial de GlaxoSmithKline.

La farmacéutica ha dicho que está profundamente preocupada por las denuncias, a las que describió como «vergonzosas». En un comunicado, el Ministerio de Seguridad Pública de China dijo que Hussain se disculpó por el escándalo durante la reunión.

Si es Bayer, es…
Desde la década del 80, profesionales y pacientes formaron la denominada “Coalición contra los Peligros de Bayer”, fundada por profesionales alemanes en 1983 y que vigila desde entonces las prácticas”, una especie de ONG que vienen trabajando en el control de los daños de los medicamentos de esta firma alemana. En su última denuncia, la entidad imputó a la compañía la muerte de 58 personas, solo en su país de origen, a causa del anticoagulante Xarelto. “Existen serias dudas sobre la seguridad del nuevo anticoagulante Xarelto, que Bayer está haciendo todo lo posible para imponer en el mercado”, advirtió la coalición, citando datos del Instituto Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios (BfArM), la máxima autoridad sanitaria de Alemania.

La Coalición confirmó a partir de datos proporcionados por la BfArM que el año pasado sólo en Alemania hubo 58 muertes tras el uso de este medicamento y 750 casos de efectos secundarios graves. En India, al menos cuatro personas que participaban en los ensayos clínicos de Xarelto murieron y la multinacional alemana aceptó indirectamente su responsabilidad abonando a sus parientes una indemnización de apenas US$5.250, como compensación. Además, en el mercado estadounidense el registro de este producto para tratar los coágulos de sangre en las arterias coronarias se ha retrasado debido al “alto riesgo de sangrado” que fue detectado por la FDA.

Axel Koehler-Schnura de la Coalición contra los Peligros de Bayer declaró al periodismo que “es un error que Bayer siga adelante con la comercialización de un medicamento simplemente por razones de beneficio y ante las serias dudas sobre su seguridad”. “La empresa debería haber aprendido de los escándalos del Lipobay, Trasylol y Yasmin. Y en principio, los preparados que no ofrecen ningún beneficio en comparación con los productos más antiguos no deben recibir la autorización de comercialización”, afirmó Axel Koehler-Schnura (extraído de “Xarelto: el peligroso anticoagulante de Bayer”, disponible en www.cbgnetwork.org).

Pero los problemas de Bayer no se limitan a este medicamento. Hace unas semanas, en Canadá, una investigación acusó a la farmacéutica de la muerte de al menos 23 mujeres que consumían las píldoras anticonceptivas Yaz y Yasmin. También en Suiza las autoridades sanitarias han iniciado una investigación por la muerte de una joven en circunstancias similares. A partir de documentos reservados obtenidos de fuentes sanitarias canadienses, la cadena CBC News aseguró que los médicos y los farmacéuticos de ese país coinciden que las píldoras Yaz y Yasmin son sospechosas de provocar la muerte de decenas de mujeres, que en su mayoría fallecieron repentinamente de coágulos de sangre.

Según los documentos obtenidos de las autoridades sanitarias de Health Canadá, entre 2007 y febrero de 2013 los médicos y los farmacéuticos han reportado 600 reacciones adversas causadas por las píldoras anticonceptivas de Bayer y se sospecha que 23 muertes fueron provocadas por el consumo de Yaz o Yasmin, señaló la cadena CBC News. Más de la mitad de las mujeres fallecidas eran menores de 26 años y la menor de todas tenía apenas 14 años.

Mateo Baer, de la firma de abogados Siskinds que representa a cientos de mujeres de Ontario en una demanda contra Bayer, alegó que Yaz y Yasmin tienen un mayor riesgo de serios efectos secundarios, incluyendo coágulos sanguíneos. “El principal efecto secundario que estamos alegando es que con Yasmin, más que con otros anticonceptivos orales, se produce un aumento de coágulos de sangre”, explicó el abogado. Bayer ya ha pagado más de US$mil millones para resolver miles de demandas en los EE UU, reveló la CBC News/Radio Canadá (más información enwww.codigosecretos.com.ar).

Pfizer paga
Por los varios escándalos, las farmacéuticas buscan cerrar litigios para mitigar sus pérdidas. Este parece ser el caso de Pfizer, el laboratorio que hasta hace poco fue el mayor productor de medicamentos del planeta. Ayer, la firma confirmó que pagará cerca de US$491 millones para resolver una investigación sobre la campaña de mercadotecnia ilegal del medicamento para trasplante de órganos Rapamune realizada por una compañía que posteriormente fue adquirida por Pfizer, informó el Departamento de Justicia de EE UU.

Pfizer había actuado a fin de cubrir el acuerdo a finales del año pasado, cuando llegó a un acuerdo tentativo para resolver demandas presentadas por tres informantes en 2005 y 2007. Con el tiempo, el Departamento de Justicia y numerosas agencias gubernamentales más se sumaron a la investigación y las demandas.

El martes, Pfizer, con sede en Nueva York, aceptó pagar US$257,4 millones en acuerdos civiles con los gobiernos federal y estatal y una multa punitoria de US$157,6 millones. Pfizer también renunció a US$76 millones en activos. El Departamento de Justicia indicó que la farmacéutica Wyeth, que Pfizer compró en octubre de 2009, entrenó a representantes de ventas para que alentaran a los médicos a prescribir Rapamune no sólo para la prevención de un rechazo de riñones trasplantados, incluso dándoles bonificaciones por hacerlo.

Rapamune fue aprobada en 1999, sólo para su uso en pacientes de trasplante de riñón. Las leyes federales prohíben que las farmacéuticas promuevan medicamentos para usos no aprobados específicamente por la FDA. Pero la práctica había sido anteriormente tan desenfrenada que había un término para describirla —mercadotecnia fuera de lo autorizado— y varios despachos de abogados se especializaron en presentar demandas al respecto. Casi todas las farmacéuticas importantes, entre ellas Pfizer, han sido procesadas por ello y con el tiempo han llegado a enormes acuerdos con el gobierno e informantes, que por lo general son los farmacólogos de farmacias o ex representantes de ventas de las farmacéuticas. El mayor acuerdo en la historia es de US$3.000 millones, pagado por GlaxoSmithKline.

 

Fuente: http://www.saludyfarmacos.org/boletin-farmacos/boletines/nov2013/p42442

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