PAMI rompe el convenio de medicamentos: especulaciones del nuevo ajuste y menos prestaciones

La semana pasada, desde la conducción del PAMI hicieron trascender la idea de revisar el convenio firmado este verano con los laboratorios, para la entrega de medicamentos a los afiliados. La salida de Carlos Regazzoni de su cargo dejó de estar vinculada a la cuestión electoral, y quedó claro que estuvo ligada al ajuste que desde la Casa Rosada quieren hacer sobre la obra social nacional. Durante el fin de semana, las flamantes autoridades confirmaron las versiones: decidieron revisar el convenio que los une con la industria farmacéutica. Sin mayores precisiones, abrieron una etapa de incertidumbre que seguramente afectará a afiliados y farmacias, hoy los dos eslabones apuntados para recibir el peso del nuevo ajuste. La movida unilateral tiro por tierra las promesas de participación que las autoridades farmacéuticas hicieron, demostrando que en la mesa de discusión, la farmacia es apenas un “convidado de piedra”.

Mediante una carta documento fechada el 27 de abril, el PAMI decidió poner en conocimiento formal a los laboratorios su intención de revisar y reconfigura el acuerdo para la provisión de medicamentos. La misiva fue dirigida a las tres entidades que nuclean a las farmacéuticas (CILFA, CAEME y COOPERALA), y lleva la firma del titular de la obra social, Sergio Cassinotti. En la misma, a la que tuvo acceso MIRADA PROFESIONAL, se explica que la entidad “decidió hacer uso de la facultad de revisión prevista en el convenio PAMI-Industria”, que según la cartea está incluida en el artículo 45 del mismo. “En el período de preaviso el contrato mantiene plena vigencia, razón por la cual deberán seguir cumpliendo las obligaciones oportunamente asumidas”, advirtió la entidad nacional.

Como argumento para esta decisión, Cassinotti asegura que “la medida se adopta a fin de hacer sustentable la prestación y en resguardo de los intereses de los afiliados de este instituto, debido a que las proyecciones financieras basadas en los acuerdos efectuados en el convenio vigente arrojan desvíos que no reflejan las previsiones presupuestarias con las que contaría este organismo”. “A los fines de trabajar en un futuro acuerdo se los invita a reuniones que serán convocadas en los próximos días con el fin de negociar los términos de un nuevo convenio”, concluyó la carta enviada a la industria farmacéutica.

Una vez conocida la noticia, las farmacias argentinas quedaron otra vez en medio de una disputa ajena. Mediante un escueto comunicado, la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) afirmó que “más allá de los motivos de las partes que integran el acuerdo o los resultados de esta rescisión, los farmacéuticos objetamos estos procederes por la incertidumbre que provocan en los jubilados y también en los profesionales”. “A pesar de las dificultades y sobresaltos que nos provoca la administración del convenio entre PAMI y la Industria Farmacéutica, las farmacias habíamos logrado una atención sostenida y regular. Además recordamos que las farmacias estamos en plena campaña de vacunación a los jubilados, todo nuestro esfuerzo está enfocado en la atención diaria a los beneficiarios de la obra social, que al enterarse de esta noticia abarrotaron las farmacias para evacuar sus dudas y temores”, agregó la entidad.

A partir de esta semana, comenzarán las reuniones entre las partes. No hay mayores certezas sobre cuáles serán los puntos centrales de la renegociación, pero las versione sindican que el achicamiento en los medicamentos que se entregan al 100 por ciento será un punto crucial. En los próximos 60 días –las fuentes consultadas estiman que ese será el tiempo que tardará la negociación –se buscará darle forma al nuevo escenario. Uno de los detalles adelantados es que los tratamientos para la diabetes serán entregados como oncológicos. De fondo, volverá a ponerse en escena la guerra de los laboratorios, el intento de los productores nacionales de reconfigurar el negocio y de los “multi” que quieren abrirle paso a los importados más baratos.

“Las farmacias no pueden hacer más aportes de los que hacen, es un 14 por ciento promedio de la venta a nivel país; estamos aportando 800 millones de pesos por mes y nos descuentan ya como aporte de las farmacias a la obra social PAMI; más de eso no se puede hacer”, sostuvo en declaraciones periodísticas Miguel Osio, vicepresidente de la Federación Farmacéutica de la República Argentina (FEFARA), quien confirmó que las farmacias no fueron citadas hasta el momento para ninguna reunión. Pese a las promesas de la COFA de ser parte de la mesa de discusión, la decisión unilateral del PAMI deja a las claras lo lejos que los mostradores están de la zona donde se toman decisiones importantes.

Según algunas versiones calificadas, el “rojo” que quiere cubrir el PAMI es de 900 millones de pesos. La reducción de máxima, según deslizaron el fin de semana largo fuente de la entidad citadas por varios diarios nacionales, es del 15-20 por ciento, “sin reducir muchas prestaciones”. En ese ajuste, los medicamentos –que son algo así como el 30 por ciento del total de gastos de la obra social –estarán en primera plana. Será una larga batalla, los intentos por desarmar la corrupción estructural van de la mano de un ajuste que sufrirán jubilados y farmacias – ya se habla de un mayor aporte al convenio (bonificación) por parte de las farmacias-, que son los “sin voz” en esta discusión; más allá de lo que nos estuvieron convenciendo -sin lograrlo-: que los farmacéuticos estábamos en comisiones de discusión y seguimiento del convenio de PAMI firmado a principios de este año 2017.