Carta de Le Corbusier al perfecto de París (1934)

En tiempos en los que se olvida la Determinación Social de la salud/enfermedad, traemos una reflexión de Le Corbusier

Por un espíritu de deber y de solidaridad me siento obligado a daros parte de los hechos siguientes: vivo en la calle Jacob, y esta mañana me he enterado de que en el número 14, donde hay una carbonería, la mujer ha muerto esta noche de tuberculosis. En 1932 han muerto de tuberculosis en el mismo establecimiento, el anterior propietario y su mujer. En 1930 murió de tuberculosis en el mismo establecimiento la mujer del propietario. En 1927 los en ese momento inquilinos, un matrimonio, también murió de tuberculosis. Mi investigación no ha podido ir más lejos. Todas las personas mencionadas eran agricultores, venidos directamente de sus campos. Han bastado dos años para que fueran muriendo cuando sólo tenían 30 años de edad como promedio. Nadie evidentemente piensa sacar una conclusión de estos hechos, pues, después de cada defunción, lo único que se hace es desinfectar el establecimiento para recibir nuevos huéspedes, condenados de antemano.

Mañana llegará una nueva pareja y morirá en 1936, fuera de toda duda.

Me he permitido, señor perfecto, pensar que este suceso, bastante conmovedor, entra en las competencias de vuestros servicios.

 

Tomado de: Caminos abiertos por Le Corbusier. Florentino Pérez y otros. Ediciones Nauta, 1991, Barcelona.

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