La industria alimentaria y los médicos: corrupción o vía para más formación

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La polémica en torno a si la industria alimentaria debe estar avalada por las sociedades científicas ha vuelto a la palestra en los últimos meses. Los defensores argumentan que esta colaboración garantiza la calidad de los productos al tiempo que aporta financiación a las sociedades para reinvertirla en formación continuada o elaboración de estudios. Quienes critican esta práctica hablan de valoraciones contaminadas e, incluso, de corrupción.

¿Está justificada la colaboración entre las Sociedades Científicas en la Industria?

Vicente Baos, médico de Familia y miembro de la red de Expertos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps): Hay que definir a qué llamamos colaboración: ¿A la presencia y la promoción de productos alimenticios en congresos médicos? ¿A la valoración científica de productos nuevos, alimenticios o que buscan popularizarse? ¿La industria conseguirá que las sociedades científicas o los médicos en general sean partícipes en la educación sanitaria y la educación alimenticia de la población? Es decir, hay que definir de qué hablamos. Una sociedad científica, y los medios en particular, pueden colaborar con la Industria, con el Ministerio y con otras entidades, en la aprobación de hábitos saludables, en las recomendaciones dietéticas hacia la población y en un montón de cosas. Lo que no es de recibo, es la promoción de productos alimenticios elaborados dentro de congresos médicos.

Milagros González Béjar, médica de Familia y vocal del Área de Relaciones Institucionales de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen): Depende de qué productos estemos hablando. Hay estudios en los que colabora Atención Primaria y demuestra el beneficio de ciertos productos, pero alimenticios, no elaborados. Desde ese punto de vista de promocionar los hábitos saludables con alimentación como puede ser: los frutos secos o el aceite de oliva español.

Javier Padilla, médico de Familia y coautor del blog ‘Médico crítico’: Creo que hay una diferencia muy grande entre hacer aquello que es nuestra labor en todo lo relacionado con la alimentación, promoción de hábitos saludables, hablar de las condiciones de vida, ver cuáles son las cosas que hacen que la población consuma unas cosas y no otras cuáles debemos hacer que consuman y hablar de todos los mecanismos de producción que también influyen sobre la salud. Eso es una cosa y otra es tener que incurrir en relaciones comerciales con empresas concretas a cambio de nuestra promoción. Ahí es donde yo creo que es que no da lugar. Yo creo que cuando esto lo veamos dentro de 20 años nos parecerá, de forma parecida, a cuando los médicos promocionaban el tabaco y el alcohol hace unos cuantos años. Cuando miremos para atrás, nos daremos cuenta de que el azúcar, a día de hoy, es el nuevo alcohol o el tabaco.

Carlos Macaya: «Evidencia científica con alimentos hay muy poca»

Carlos Macaya, jefe de servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos y presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC): Mi respuesta es: ¡Sí! Estoy de acuerdo con Vicente en que no tiene sentido que en un congreso médico existan mesas de productos alimenticios. El tema es el cómo se hace esa colaboración, cómo se regula, quién lo hace. No solamente es legal esa colaboración sino que conlleve una ética y la ética la va a llevar en función de los fines que tenga esa institución. Si los fines de esa institución son sin lucro y el ánimo que persigue esa institución es realmente en velar y reinvertir cualquier tipo de colaboración o contraprestación, como decía Javier, que pueda dar esta industria y lo reinvierte en los fines de la institución, generalmente fundaciones y fines fundacionales y que son correctos y es transparente, me parece bien. Esta institución, en esa colaboración, no es que avale a la industria, sino que analiza correctamente por expertos nutricionistas cuáles son el tipo de alimentos y categorizarlos en la medida de que sean saludables, acorde a criterios que están muy bien definidos por la OMS, en términos de: sal, azúcares, grasas trans.

¿Dónde están los límites: en recomendar un producto, en avalarlo o se debe hablar únicamente de una dieta?

Vicente Baos: Siempre que una institución científica evalúe, firma un contrato o una colaboración, está avalando. O sea que, si se avala un producto que lo va a usar en su propaganda externa, probablemente, para poner un pequeño sello: “avalado por” o “evaluado por”. De los alimentos que un médico debe promocionar ninguno está elaborado con marcas concretas. Yo no voy a decir a mis pacientes que compren tomates en Mercadona o en el Supersol. La única recomendación saludable, y no necesitamos ninguna más, es la de los productos básicos no elaborados: saber cocinar, saber combinar y saber comer, y eso no incluye ninguna marca, ¡ninguna!

Carlos Macaya: Estamos de acuerdo, y precisamente yo he hecho hincapié en que no debemos recomendar ningún producto en especial, debemos recomendar una alimentación mediterránea, como he dicho, frutos secos, verduras, legumbres, frutas,…

Vicente Baos: Eso no es lo que vemos, por eso estamos aquí. Porque eso no es lo que se ve.

Carlos Macaya: ¡No, no ,no! Cuando estamos hablando de la colaboración estamos hablando de instituciones y  en ningún momento estamos hablando de mensajes a pacientes, estamos hablando de mensajes que pueden dar instituciones bien reguladas a la población en general.

Vicente Baos: Instituciones no. Perdona: industria alimentaria. Estamos hablando de industria alimentaria.

Carlos Macaya: ¡No, no! Se ha hablado de aval. Primero, que sepa yo, esto que dices de que si se firma un contrato se avalan, esto es diferente. Aval significa una evidencia científica. Tenemos sociedades como la Sociedad Americana [de Cardiología] y la británica y la australiana, en las que está muy bien regulado. La regulación europea es más estricta, pero la australiana tiene 2000 productos alimenticios avalados y recomendados. La publicidad se tiene que regular y en España existe desde una Agencia Española del Consumidor y de la Seguridad de Productos Alimenticio y la forma de regular la publicidad es otra institución que se llama Autocontrol.

Javier Padilla: «En la ética médica la trama importa tanto como el desenlace»

Javier Padilla: Esta mañana me metí en la página del programa de alimentación sana de la Fundación Española del Corazón,  hay un apartado que es el programa de alimentación sana de la Fundación Española del Corazón. Ahí vi desde sandía sin pepitas marca Fashion hasta el Danacol o margarina Flora.

A mí, lo que me transmite eso que están ahí porque han pagado. ¿Por qué no se considera que dentro del catálogo de programa de alimentación sana de Fundación Española del Corazón vale cualquier sandía, vale la fruta y no sandía sin pepitas marca Fashion? Esto nos viene a señalar una relación mercantil, totalmente unívoca. Además, en algunas ocasiones, como el aval al Danacol, me parece especialmente sangrante sabiendo que es un producto que se anuncia en televisión con Vicente del Bosque diciendo que, si no tienes el colesterol por debajo de 200 estás gravemente expuesto a problemas cardiovasculares.

Carlos Macaya: La Fundación Española del Corazón lleva con el programa de alimentación cardiosaludable 14 años. No vino ayer ni antes de ayer. No tiene avalados, porque para avalar hay que tener evidencia científica y evidencia científica con alimentos hay muy poca. Hay únicamente evidencia científica general: la de aceite de oliva, frutos secos, etc. Nosotros hemos creado una tercera forma de reconocer un alimento que es la que tiene algún tipo de evidencia científica y ya empieza a haber algunos productos alimenticios con betaglucanos: avena que limita la absorción del colesterol. Lanzado a la población general hay que decir: “Mire, entre este y este, este tiene evidencia científica porque tiene esta sustancia que ha demostrado que es beneficiosa”.

Vicente Baos: La autorización de que un alimento se pueda promocionar con un beneficio a la salud es competencia exclusiva de la European Food and Safety Administration y lo que no autorice esta no se puede promocionar ningún alimento con un beneficio en la prevención o en el tratamiento o en lo que quieran.

¿Consideran suficiente el escrutinio al que someten las sociedades científicas a estos productos o, si por el contrario, están contaminados por el patrocinio?

Milagros González Béjar: Creo que una sociedad científica está para demostrar las bonanzas de lo que son los productos alimenticios. No creo yo que no sea ético o que no esté bien el que una determinada industria aporte una determinada aportación con claridad para todos a la hora de hacer un estudio o de patrocinio.

Javier Padilla: Bueno con el tema del escrutinio y con el foco más general de sí todos lo legal es ético. Yo creo que el escrutinio es difícil saber si es suficiente o no suficiente porque primero hay una falta de transparencia. A mí me ha costado mucho y todo, saber cuánto dinero reciben las diferentes sociedades científicas por los avales o por poner su publicidad en un apartado que es de productos concretos o por lo que sea.

La cuestión es que hay alternativa. La semana pasada, el mayor congreso internacional de la Wonca, en Río de Janeiro, sin patrocinio industrial y seguramente todos los mensajes que hayan podido verter a nivel de evidencia científica estén tremendamente bien hablado y no va a haber nadie que le señale con el dedo por tener el famoso logo de una empresa concreta.

¿Cuál debe ser el papel del médico, y también socio, a este respecto?

Milagros González: «Tiene que haber un promotor que avale los estudios científicos»

Milagros González Béjar: Una cosa es recomendar y otra es que tú destaques los beneficios de algún producto alimenticio en concreto. Por ejemplo: en bebidas fermentadas no vas a recomendar que la gente beba cierto tipo de bebidas y, sin embargo, sí puedes decirle los beneficios que le puede aportar en un momento dado. Con la alimentación pasa igual.

Carlos Macaya: Esto es claro, primero hay que decir que todo este tema de la industria alimentaria y la sociedad científica va dirigido a la población general. Los médicos tenemos mucho sentido común. Lo que no tenemos es tiempo para explicárselo bien. Yo creo que, y en esto hasta Javier estará de acuerdo, que no te puedes imaginar a un cardiólogo recomendando Danacol.

Vicente Baos: Estoy pensando que si alguien necesita avena. En un herbolario, un kilo de avena vale 1 euro, muchísimo menos que lo que puede ser cualquier producto que es recomendado. Vuelvo a decir, siempre que aparezca en público y aparezca ante el consumidor, evaluado con el logo de una institución científica, me parece que está haciendo publicidad. Le podemos dar todas las vueltas que queramos, pero eso me sigue pareciendo inaceptable.

¿Estamos en la situación en la que no hay otra alternativa que no sea la colaboración con la industria?

Vicente Baos: «Las sociedad necesita educación alimentaria sin conflicto de intereses»

Vicente Baos: Sí la hay. El pago de unas cuotas proporcionales a los ingresos y proporcionales a los objetivos. Estos son fundamentalmente de formación continuada. Eso no tiene porque ser caro ni necesitar de grandes eventos, ni de mega congresos de 4.000 personas con grandes mesas de desayuno, comida, cena de gala, etc. Ese modelo está caduco. Con una cuota razonable se podría hacer más webinar, más mini eventos, más reuniones locales y menos fiestas con adornos, bailes y demás.

Carlos Macaya: Claro que nos gustaría un modelo de autosuficiente económicamente, y no depender de la industria farmacéutica.

Milagros González Béjar: En el congreso de los 4.000, que parece que hemos ido a divertirnos. Te puedo decir, personalmente, que he ido a trabajar, y he estado trabajando duramente. Lo único que hubo fue la cena de gala, como se hace en la mayoría de los congresos. No creo que debamos fijarnos solamente en lo lúdico, sino en lo que se trabaja.

Vicente Baos: Hay un beneficio más allá de las cuotas, es decir, hay muchos más ingresos que las cuotas.

Milagros González Béjar: Evidentemente, cuando haces un congreso científico, tienes unos beneficios para la formación de los propios socios y para revertir en la formación de los socios, ya que la administración, en muchos aspectos, carece de darnos esa formación.

Javier Padilla: Creo que es un momento muy crítico para las sociedades científicas, para ver si van hacer sociedades científicas o sociedades de negocio. Sociedades científicas que vayan, deben guiarse por otras sociedades que ya existen. También realizan congresos, pero con financiación propia como puede ser la Sociedad Española de Epidemiología, por pensar en una sociedad científica grande. El otro modelo es que vayan a lo mega, a una multiplicidad de logos y que la vinculación contractual tendrá después unas contraprestaciones y una pérdida de independencia.

Conclusiones del debate sobre colaboración entre sociedades científica e industria alimentaria .

Les pido una última reflexión a modo de conclusión.

Milagros González Béjar: Yo creo que necesitamos de una colaboración de todos, para tener evidencia científica y seguir trabajando y estudiando. Para beneficio tanto del propio profesional, como la transmisión a los pacientes.

Vicente Baos: En este momento, la industria alimentaria y el impacto social de sus productos de su promoción de su publicidad en horario infantil, no es ninguna garantía de colaboración científica adecuada. Las sociedades científicas deben alejarse de la industria alimentaria para que, ni por asomo, ni de forma indirecta, se hable de cualquier tipo de producto. Al contrario, debe haber mensajes de educación saludable que son mensajes sin marketing, sin producto, y por el bien de la sociedad.

Carlos Macaya: La colaboración de las sociedades científicas y industrias alimentarias y con la industria farmacéutica, existe y va a seguir existiendo. El único problema es esa colaboración se tiene que regular y que las sociedades científicas no solamente tienen que manifestar su deseo de transparencia sino que lo tienen que realizar

Javier Padilla: No solamente vale con la transferencia. Hay cosas que van más allá de la transparencia porque corremos el riesgo de acabar en el fetiche en el cual con transparencia blanqueamos todo. Estoy totalmente de acuerdo con el cierre que ha hecho Vicente y simplemente terminar con una frase de Neruda que me gusta mucho a este al respecto que dice: «para que nada nos separe, que no nos una nada». Yo creo que, eso sería un principio que debería regirnos a la hora de relacionarnos con ciertas industrias.

Parte 1 del debate sobre colaboración entre sociedades científica e industria alimentaria
Parte 2 del debate sobre colaboración entre sociedades científica e industria alimentaria

FUENTE: https://www.redaccionmedica.com/secciones/medicina/la-industria-alimentaria-y-los-medicos-corrupcion-o-via-para-mas-formacion-7101

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