La microbiota emerge como factor relacionado con el riesgo cardiovascular y las alteraciones del sistema nervioso

MADRID, ESP. La microbiota y la epigenética son factores que cada vez se tienen más en cuenta a la hora de determinar la mayor o menor predisposición de una persona a desarrollar factores de riesgo cardiovascular, y cuyo conocimiento arroja muchas evidencias sobre los efectos que la dieta y otros factores, como los medioambientales, tienen no solo en la salud cardiovascular, sino también en la aparición de alteraciones relacionadas con el sistema nervioso central. Esta es una de las conclusiones del XIII Congreso Internacional de Nutrición, Alimentación y Dietética, celebrado en Madrid los días 3 y 4 de abril.

«Lo que comemos no solo nos beneficia químicamente, sino también desde el punto de vista genético, y actualmente sabemos que hay una estrecha relación entre la población bacteriana intestinal, la epigenética y la enfermedad cardiovascular, lo que posiciona a la microbiota como un factor adicional y emergente a considerar, no solo como variable predictora, sino como objetivo terapéutico», afirmó el Dr. Guillermo Aldama, especialista en cardiología intervencionista del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña, en España, durante su intervención sobre Salud Gastrointestinal.

Como explicó el Dr. Aldama, la composición de la microbiota es la que determina la forma en que se procesan los alimentos, así como la acción que a nivel genético ejercen ciertos nutrientes con propiedades cardioprotectoras. «Es el caso de los polifenoles, que poseen la capacidad de desactivar determinados genes que predisponen al desarrollo de la arteriosclerosis y, por tanto, previenen la enfermedad cardiovascular, y también del ácido fólico, que tiene un mecanismo similar».

Ahondado en el papel que desempeña la composición de la microbiota a nivel cardiovascular, los expertos coincidieron en destacar el creciente protagonismo que está adquiriendo un tipo de bacterias (firmicutes) en distintos campos, entre ellos el estudio del riesgo cardiaco. «Se sabe que las personas con niveles elevados de firmicutes en su microbiota tienen más dificultad para desactivar o ‘apagar’ ciertos genes relacionados con la aparición de la diabetes de tipo 2, la obesidad y la hipercolesterolemia, principales factores de riesgo cardiovascular», comentó el Dr. Aldama.

Endotoxemia, inflamación y obesidad

Dr. Luis Collado

En la misma línea, el Dr. Luis Collado, director del Departamento de Medicina, y de la Cátedra UCM-CLAS de la Universidad Complutense de Madrid, declaró a Medscape en Español que los firmicutes pertenecen a uno de los géneros más estudiados de la microbiota, junto a los bacteroides, y que actualmente hay en marcha muchas investigaciones que los relacionan con los factores de riesgo cardiovascular.

«Se ha visto que las dietas ricas en grasas aumentan el nivel de firmicutes respecto al de otras bacterias intestinales, dando lugar a una disbiosis, y produciendo una endotoxemia metabólica, la cual, a su vez, favorece la entrada en el organismo de sustancias que promueven la aparición de un cuadro de inflamación muy leve, pero crónica», añadió.

Asimismo, el Dr. Collado señaló que la base patogénica de la obesidad es un proceso inflamatorio crónico que se manifiesta a nivel del tejido adiposo, lo que desde el punto de vista cardiovascular significa que la disminución del nivel de firmicutes en la microbiota implicaría la reducción del riesgo de esa endotoxemia, de obesidad, y también de diabetes de tipo 2.

 

 

FUENTE: https://espanol.medscape.com/verarticulo/5903904?faf=1&src=soc_fb_190426_mscpmrk_sp_top5

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