Zyprexa: un antipsicótico de moda // Antropóloga trastornada

Mucha gente se sorprende cuando conocen mi tratamiento psicofarmacológico actual. Es un batiburrillo de todos los tipos de psicotrópicos legales. Dos antidepresivos: venlafaxina + mirtazapina, combinación llamada “california rocket fuel”. No sé si ya se cachondean directamente de las bombas que nos hacen meternos para el cuerpo, pero así se denomina entre profesionales (ya hablé de esto en Una historia más de sobre-medicación: del seroxat al “California Rocket Fuel”). Un ansiolítico o benzodiacepina: rivotril. Un antiepiléptico: topiramato. No soy epiléptica, pero utilizan este medicamento como “regulador del ánimo”, a menudo con los etiquetados como TLP (Trastorno Límite de la Personalidad). A pesar de que en el prospecto no hagan ni mención a este uso del fármaco. Tampoco padezco psicósis, pero tomo dos antipsicóticos o neurolépticos: abilify y, como pastilla “de rescate”, zyprexa. Rescatarme no me rescata mucho… pero quiero dedicarle una entrada a este antipsicótico. Se lo merece.

Parece ser que la zyprexa está de moda. Ayer se comentaba en mi muro personal de facebook a propósito de una breve publicación en la que yo decía:

Recuerdo aquella época en la que un lorazepam me hacía efecto…Y también cuando los tomaba de seis en seis de rescate y no me hacían nada. Qué tiempos aquellos…

Y, en un comentario, añadía:

Cuando tu psiquiatra te cambia (o, en mi caso, añade) antipsicóticos a dosis bajas para tratar lo que las benzos [ansiolíticos] ya no controlan. Todo risas. Y pérdidas de memoria, de concentración. Mucha diversión!

De la quetiapina (otro antipsicótico) “me quitaron”. Pero los ansiolíticos ya no me sirven de pastilla de rescate en casos de crisis, de ahí que me recetaran la famosa Zyprexa. A raíz de los comentarios de otras personas en mi publicación, constaté lo que ya intuía: que es el antipsicótico de moda. En realidad, es una marca. El principio activo es olanzapina y como tal podrían recetártela. Sin embargo, es la Zyprexa lo que solemos consumir. Mmmm, ¿pero qué tendrá esta marca que gusta tanto recetar? El nombre es original, igual que el reloj de marca “zyprexa” que tienen en la unidad de agudos en el hospital en el que yo he ingresado. He escuchado decir a algún psiquiatra que no, que a ellos la industria farmacéutica no les compra ni les influye de ninguna manera. No voy a acusar aquí de nada a nadie, pero comprenderéis que una tenga sus sospechas…

¿Qué puedo decir yo de la zyprexa? A mí me la recetan bucodispensable, se pone debajo de la lengua hasta que se disuelve rápidamente. Así hace efecto más rápido. Intento no tirar de pastilla de rescate porque, como he dicho, me rescata más bien poco. Yo no tengo mucho que decir… Sin embargo, conocí en mi último ingreso a un chico esquizofrénico (por lesión orgánica) que es diabético debido al consumo de la Zyprexa. Aunque me contó que no quiso interponer demanda en su día. Él ya tenía una vida jodida y la zyprexa le remató con la diabetes. Una persona con la que he paseado por la calle y tenía que llevar auriculares puestos, a pesar de mi compañía, para “no oír a la niña”. Y de propina, diabetes.

Nada más que añadir por mi parte. Dejaré que leáis el “experimento mental” que nos propone Robert Whitaker en su magistral libro Anatomía de una epidemia:

Imaginemos que aparece de pronto en nuestra sociedad un virus que hace dormir a la gente doce, catorce horas al día. Los infectados por él se mueven lentamente y parecen emotivamente desconectados. Muchos engordan enormemente (8, 12, 24 e incluso 40 kilos). Sus niveles de azúcar en la sangre aumentan a menudo muchísimo, y también los de colesterol. Cierto número de los afectados por la misteriosa enfermedad (incluidos niños pequeños y adolescentes) pasan con bastante rapidez a ser diabéticos. Aparecen en la literatura médica informes de pacientes que mueren ocasionalmente de pancreatitis. Periódicos y revistas llenan sus páginas con noticias sobre este nuevo azote, que se denomina enfermedad de disfunción metabólica, y los padres están aterrados pensando que sus hijos puedan contraer esa enfermedad terrible. El gobierno federal dará centenares de millones de dólares a científicos de las mejores universidades para que descifren los mecanismos internos de ese virus, y ellos informan de que la razón de que cause tal disfunción global es que bloquea una multitud de receptores de neurotransmisores en el cerebro (dopaminérgicos, serotoninérgicos, muscarínicos, adrenérgicos e histaminérgicos). Todos esos canales neuronales del cerebro están comprometidos. Por otra parte, estudios tomográficos descubren que al cabo de un periodo de varios años el virus reduce el tamaño del cortex cerebral, y esa reducción está vinculada a un deterioro cognitivo. Un público aterrado clama por un remedio.

Pues bien, esa enfermedad ha afectado ya a millones de niños y adultos estadounidenses, porque acabamos de describir los efectos del gran éxito de ventas de Eli Lilly, el antipsicótico Zyprexa.

¡Y luego nos llaman conspiranoicos por posicionarnos en contra de la psicofarmacología!

Texto originalmente publicado en el blog Autoetnografa.com, el 29 de noviembre de 2018.

 

FUENTE: https://madinamerica-hispanohablante.org/zyprexa-un-antipsicotico-de-moda-antropologa-trastornada/#.XG_KVKGS_yU.twitter

About The Author