Inmunidades humorales y celulares sostenidas durante un año de convalecientes por COVID-19

Abstracto

Fondo

La inmunidad longitudinal específica de antígeno en convalecientes de COVID-19 es crucial para la protección a largo plazo tras la reexposición individual al SARS-CoV-2, y aún más fundamental para lograr finalmente la inmunidad a nivel de población. Para comprender mejor las características de la memoria inmunológica en individuos con diferentes grados de gravedad de la enfermedad un año después del inicio de la enfermedad, realizamos este estudio de cohorte.

Métodos

Realizamos una evaluación inmunitaria sistemática específica de antígeno en 101 convalecientes de COVID-19, que tenían enfermedad asintomática, leve, moderada o grave, a través de dos visitas a los 6 y 12 meses posteriores al inicio de la enfermedad. Los anticuerpos específicos del SARS-CoV-2, que comprenden NAb, IgG e IgM, se evaluaron mediante ensayos mutuamente corroborados, es decir, neutralización, ensayo de inmunoabsorción ligado a enzimas (ELISA) e inmunoensayo de quimioluminiscencia de micropartículas (MCLIA). Mientras tanto, la memoria de las células T contra las proteínas de la nucleocápside, la membrana y el pico del SARS-CoV-2 se probó mediante un ensayo de inmunospot ligado a enzimas (ELISpot), tinción de citocinas intracelulares (ICS) y citometría de flujo basada en tinción de tetrámeros, respectivamente.

Resultados

Los anticuerpos IgG específicos contra el SARS-CoV-2, y también NAb, pueden persistir entre más del 95% de los convalecientes de COVID-19 de 6 a 12 meses después del inicio de la enfermedad. Al menos 19/71 (26%) de los convalecientes de COVID-19 (doble positivo en ELISA y MCLIA) tenían anticuerpos IgM circulantes detectables contra el SARS-CoV-2 a los 12 meses del inicio de la enfermedad. En particular, los porcentajes de convalecientes con respuestas positivas de células T específicas del SARS-CoV-2 (al menos uno de los antígenos S1, S2, M y N de la proteína SARS-CoV-2) fueron 71/76 (93%) y 67 / 73 (92%) a 6 my 12 m, respectivamente. Además, tanto los niveles de memoria de anticuerpos como de células T de los convalecientes se asociaron positivamente con la gravedad de la enfermedad.

Conclusiones

Las inmunidades humorales y celulares específicas del SARS-CoV-2 son duraderas al menos hasta un año después del inicio de la enfermedad.

Este contenido solo está disponible como PDF.

Notas del autor

Estos autores contribuyeron igualmente

Este artículo se publica y distribuye según los términos del modelo de publicación de revistas estándar de Oxford University Press ( https://academic.oup.com/journals/pages/open_access/funder_policies/chorus/standard_publication_model )

Dato suplementario

About The Author