El sesgo cognitivo que nos hace temer al coronavirus

Cass R. Sunstein es un polifacético abogado norteamericano y profesor universitario dedicado, entre otras cosas, al estudio de la economía conductual; coautor con el premio nobel Richard Thaler de un libro donde se explica la teoría del empujoncito (Nudge theory) y del paternalismo libertario que tampoco gusta a los progres de este y otros países.

Además, es columnista de opinión de Bloomberg; ayer, 28 de febrero, publicó un artículo sobre la epidemia de coronavirus donde cuenta cómo el estado de pánico actual sobre el coronavirus es debido a un sesgo cognitivo (uno más) que denomina olvido de la probabilidad (probability neglect). En realidad, se dan al menos dos fenómenos relacionados con la psicología del comportamiento que ya explicó en un artículo anterior sobre el ébola, del cual, el de ahora es casi calcado, al serlo también la situación.

gentileza de @mlalanda

El primero de ellos es la sobreestimación, incluso exageración de los riesgos en situaciones en las que, aun existiendo, no deberían ser tan preocupantes. En el caso del coronavirus muchas personas están más asustadas de lo que tienen motivos para estar; tienen un sentimiento exagerado, un sesgo, de su propio riesgo personal. Es, el sesgo del olvido de la probabilidad. Este sesgo está relacionado con lo que Tversky y Kahneman llamaron heurística de disponibilidad, o la tendencia a creer que algo es más probable, si se pueden traer fácilmente desde nuestra memoria. Es lo que explica, por ejemplo, que siempre se sobreestimen las crisis sanitarias por el simple hecho de que se hable mucho de ellas y los telediarios les dediquen más de la mitad de su tiempo habitual. Además de la facilidad con que las ideas sobre el riesgo acuden a nuestra mente, también influyen, y mucho, la intensidad emocional con que nos llegan, en otras palabras, nuestra reacción emocional a dichos riesgos. El caso de la epidemia es casi de libro, “gracias” al bombardeo continuo de información sobre una enfermedad viral súbita y epidémica, todos tenemos su presencia muy viva. Su potencial de pérdida de salud, e incluso muertes, la acompaña de las sensaciones emocionales intensas .

El segundo, es la cascada de la disponibilidad

cadena autosostenida de acontecimientos que puede comenzar por reportajes de los medios sobre un acontecimiento relativamente menor y llegar hasta el pánico colectivo y la intervención del gobierno a gran escala.

Kahneman D.Disponibilidad, emoción y riesgo. En Kahneman D Pensar rápido, pensar despacio. Barcelona: Peguin Random House; 2011. p.184-194

Una reacción emocional intensa en determinadas capas de la sociedad ante la “presentación” de unos acontecimientos (los casos aparentemente incontrolables de una epidemia remota) se convierte en un acontecimiento en sí mismo. Los comentarios en redes sociales, la falta de mascarillas y soluciones hidroalcohólicas, aglomeraciones en supermercados etc., se convierten en noticia con cobertura adicional en los medios, lo que a su vez produce una mayor preocupación y repercusión. La cascada sigue, a veces magnificada por interés bastardos, hasta que el asunto adquiere importancia política. La respuesta del sistema político se magnifica al estar guiada por la intensidad del sentimiento público y el intento de regular las prioridades salta por los aires.

Sunstein concluye que este problema tiene dos implicaciones. La primera es que, a menos que la enfermedad esté contenida en el futuro cercano, provocará mucho más miedo, y más distorsión económica y social, que la que le correspondería por su riesgo real. La segunda es que la mejor respuesta al miedo excesivo es poner el tema de la probabilidad en las pantallas de visualización de las personas y hacerlo de manera directa y explícita.

 

 

FUENTE: https://rafabravo.blog/2020/02/29/el-sesgo-cognitivo-que-nos-hace-temer-al-coronavirus/

About The Author