Viruela símica


Datos y cifras

  • La viruela símica es una enfermedad rara que se da principalmente en las zonas remotas de África central y occidental, cerca de las selvas tropicales.
  • El virus de la viruela símica puede causar una enfermedad mortal en los seres humanos. Aunque es similar a la viruela humana, que se ha erradicado, el virus de la viruela símica es mucho más leve.
  • El virus de la viruela símica es transmitido a las personas por diversos animales salvajes, pero su transmisión secundaria de persona a persona es limitada.
  • Durante los brotes de viruela símica, la tasa de letalidad se ha situado por lo general entre el 1 y el 10%. La mayor parte de las defunciones se producen en los grupos etarios más jóvenes.
  • Si bien no hay tratamiento ni vacuna para esta enfermedad, la vacunación antivariólica previa ha resultado también muy eficaz para prevenir la viruela símica.

La viruela símica es una zoonosis viral (enfermedad provocada por virus transmitido de los animales a las personas) rara, que produce síntomas parecidos a los que se observaban en los pacientes de viruela en el pasado, aunque menos graves. Aunque la viruela humana fue erradicada en 1980, la viruela símica sigue apareciendo esporádicamente en algunos lugares de África.

El virus de la viruela símica pertenece al género Orthopoxvirus, de la familia Poxviridae.

El virus se detectó por primera vez en 1958, en el Instituto Serológico Estatal de Copenhague (Dinamarca), durante la investigación de una enfermedad parecida a la viruela en los simios.

Brotes epidémicos

La viruela símica se detectó por primera vez en los seres humanos en 1970 en la República Democrática del Congo (denominada en aquel entonces Zaire) en un niño de nueve años, en una región en la que la viruela se había erradicado en 1968. Desde entonces, la mayoría de los casos notificados proceden de regiones rurales de la selva tropical de la cuenca del Congo y el África occidental, en particular de la República Democrática del Congo, donde se considera endémica. En 1996-1997 se produjo un importante brote en ese país.

En la primavera de 2003, se confirmaron casos de viruela símica en la región central de los Estados Unidos de América. Esta fue la primera vez que se observó la presencia de la enfermedad fuera del continente africano. La mayoría de los pacientes habían tenido un contacto estrecho con perros de la pradera.

En 2005, se registró un brote de viruela símica en Unity (Sudán), y se han notificado casos esporádicos en otras partes de África. En 2009, durante una campaña de divulgación realizada entre los refugiados de la República Democrática del Congo que se desplazaban hacia la República del Congo se detectaron y confirmaron dos casos de viruela símica. Entre agosto y octubre de 2016, se contuvo un brote de viruela símica en la República Centroafricana, durante el cual se registraron 26 casos y dos defunciones.

Transmisión

En los casos iniciales, la infección se produce por contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados. En África se han descrito infecciones humanas resultantes de la manipulación de monos, ratas gigantes de Gambia o ardillas infectados. Se considera que los roedores son el principal reservorio del virus. Un posible factor de riesgo es la inadecuada cocción de la carne de animales infectados.

La transmisión secundaria o de persona a persona puede producirse por contacto estrecho con secreciones infectadas de las vías respiratorias o lesiones cutáneas de una persona infectada, o con objetos contaminados recientemente con los fluidos del paciente o materiales de la lesión. La transmisión se produce principalmente por gotículas respiratorias, generalmente tras prolongados contactos cara a cara con el paciente, lo que expone a los miembros de la familia de los casos activos a un mayor riesgo de infección. La infección se transmite asimismo por inoculación o a través de la placenta (viruela símica congénita). Hasta la fecha no se ha podido demostrar que la transmisión de persona a persona por sí sola pueda sostener la infección por el virus de la viruela símica en los seres humanos.

En estudios recientes del modelo de transmisión de la viruela símica del perro de la pradera al ser humano, se identificaron dos clados diferentes del virus, a saber, el clado de la cuenca del Congo y el de África occidental, y se determinó que el primero era más virulento.

Signos y síntomas

El periodo de incubación (intervalo entre la infección y la aparición de los síntomas) de la viruela símica suele ser de 6 a 16 días, aunque puede variar entre 5 y 21 días.

La infección puede dividirse en dos periodos:

  • El periodo de invasión (entre los días 0 y 5), caracterizado por fiebre, cefalea intensa, linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos), dolor lumbar, mialgias (dolores musculares) y astenia intensa (falta de energía);
  • El periodo de erupción cutánea (entre 1 y 3 días después del inicio de la fiebre), cuando aparecen las distintas fases del exantema, que por lo general afecta primero al rostro y luego se extiende al resto del cuerpo. Las zonas más afectadas son el rostro (95% de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (75%). La evolución del exantema desde maculopápulas (lesiones de base plana) a vesículas (ampollas llenas de líquido), pústulas y las subsiguientes costras se produce en unos 10 días. La eliminación completa de las costras puede tardar hasta tres semanas.

El número de lesiones varía desde unas pocas hasta varios miles, y afectan a las mucosas de la boca (70% de los casos), los genitales (30%), la conjuntiva palpebral (20%) y la córnea (globo ocular).

Algunos pacientes presentan linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos) grave antes de la aparición del exantema. Ese signo característico de la viruela símica permite diferenciarla de otras enfermedades similares.

La viruela símica suele ser una enfermedad autolimitada con síntomas que duran de 14 a 21 días. Los casos graves se producen con mayor frecuencia entre los niños y su evolución depende del grado de exposición al virus, el estado de salud del paciente y la gravedad de las complicaciones.

Las personas que viven en zonas boscosas o cerca de ellas pueden tener una exposición indirecta o reducida a animales infectados, que puede dar lugar a una infección subclínica (asintomática).

La tasa de letalidad ha variado mucho en las distintas epidemias, pero ha sido inferior al 10% en los eventos documentados. La mayoría de las defunciones se producen en los niños pequeños y, en general, los grupos de edad más jóvenes parecen ser más susceptibles a la viruela símica.

Diagnóstico

Al realizar el diagnóstico se deberán tener en cuenta los elementos que la diferencian de otras enfermedades exantemáticas como la viruela, la varicela, el sarampión, las infecciones bacterianas de la piel, la sarna, la sífilis y las alergias medicamentosas. La linfadenopatía que aparece en la fase prodrómica de la enfermedad puede ser una manifestación clínica que ayude a diferenciar la enfermedad de la viruela humana.

El diagnóstico definitivo de viruela símica solo puede establecerse mediante diferentes pruebas de laboratorio, a saber:

  • la inmunosorción enzimática (ELISA);
  • la detección de antígenos;
  • la reacción en cadena de la polimerasa (PCR); y
  • el aislamiento del virus en cultivos celulares.

Tratamiento y vacuna

No hay tratamientos ni vacunas específicas contra la infección por el virus de la viruela símica, aunque se pueden controlar los brotes. En el pasado, la vacuna antivariólica demostró una eficacia del 85% para prevenir la viruela símica. Sin embargo, la vacuna ya no está accesible al público, puesto que se suspendió su producción tras la erradicación mundial de la viruela. Con todo, la vacunación antivariólica previa puede contribuir a que la evolución de la enfermedad sea más leve.

Huésped natural del virus de la viruela símica

En África, la infección por el virus de la viruela símica se ha detectado en varias especies animales: ardillas listadas y arborícolas, ratas gigantes de Gambia, ratones de cuatro franjas, lirones enanos africanos y primates. Aún hay dudas en cuanto a la evolución natural de esta virosis, y se necesitan más estudios para identificar el reservorio exacto del virus de la viruela símica y la forma en que se mantiene en la naturaleza.

En los Estados Unidos, se cree que el virus fue transmitido de unos animales africanos a varias especies susceptibles que no son africanas (como los perros de las praderas) en cuya compañía se albergaron.

Prevención

Prevenir la propagación de la viruela símica mediante la limitación del comercio de animales

La limitación o prohibición de los desplazamientos de mamíferos pequeños y monos africanos puede contribuir a frenar la expansión del virus fuera de África.

Los animales en cautiverio no deben ser vacunados contra la viruela; en vez de ello, los animales que puedan estar infectados deben ser aislados de los demás animales y puestos en cuarentena de inmediato. Todo animal que haya podido estar en contacto con otro animal infectado deberá ponerse en cuarentena, manipularse con las precauciones ordinarias y ponerse en observación durante 30 días por si presenta síntomas de viruela símica.

Reducir el riesgo de infección en las personas

Durante los brotes de viruela símica, el contacto estrecho con otros pacientes constituye el factor de riesgo más importante de infección. Ante la falta de un tratamiento o vacuna específicos, la única manera de reducir la infección en las personas es sensibilizarlas sobre los factores de riesgo y educarlas acerca de las medidas que pueden adoptar para reducir la exposición al virus. Las medidas de vigilancia y la rápida detección de nuevos casos son fundamentales para contener los brotes epidémicos.

Los mensajes educativos de salud pública deben centrarse en los siguientes aspectos:

  • Reducir el riesgo de transmisión de persona a persona. Es preciso evitar el contacto físico estrecho con las personas infectadas por la viruela símica. Para asistir a los enfermos se deben usar guantes y equipo de protección. Hay que lavarse las manos sistemáticamente después de asistir o visitar a un enfermo.
  • Reducir el riesgo de transmisión de los animales a las personas. La labor de prevención de la transmisión en las regiones endémicas debe focalizarse en asegurar que todos los productos animales (carne, sangre) se cuezan perfectamente antes de consumirlos. Se deben usar guantes y otras prendas de protección adecuadas para manipular animales enfermos o sus tejidos, y durante su sacrificio.
Control de la infección en los establecimientos de asistencia sanitaria

El personal sanitario que atiende a los pacientes con infección presunta o confirmada por el virus de la viruela símica, o que manipula muestras obtenidas de ellos, debe observar las precauciones ordinarias para el control de infecciones.

El personal sanitario y todas las personas que traten o se expongan a los enfermos de viruela símica o que manipulen sus muestras deben considerar la conveniencia de vacunarse contra la viruela, a través de las autoridades sanitarias de su país. La antigua vacuna antivariólica no debe administrarse a personas inmunodeprimidas.

Las muestras obtenidas de personas o animales presuntamente infectados por el virus de la viruela símica deberán ser manipuladas por personal capacitado en laboratorios debidamente equipados para el efecto.

Respuesta de la OMS

La OMS presta apoyo a los Estados Miembros con actividades de vigilancia, preparación y respuesta a los brotes en los países afectados.

 

FUENTE: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs161/es/

About The Author