HPV: la vacuna presa de polémicas

Como no podía ser de otra forma, la vacuna contra el HPV conquistó a una porción mínima de las adolescentes que podrían haberse beneficiado. Resultaron rehenes de los vaivenes políticos, los enfrentamientos entre médicos y la información alarmista que circula en Internet.

MSP no tiene discriminado procedencia de adolescentes que se vacunaron. Foto. D. Borrelli

PAULA BARQUETsáb jun 6 2015

Pasaron dos años desde que el gobierno empezó a ofrecer gratis la polémica vacuna que dice combatir el virus del papiloma humano (HPV) y, por transitiva, el cáncer de cuello de útero. Entre abril de 2013 y abril de 2015 el Ministerio de Salud Pública (MSP) fue escenario de una batalla médica y política con un saldo evidentemente negativo: la incertidumbre de los padres, el miedo de las niñas, la información contradictoria en la web. Si tengo una hija de 12 años, ¿conviene vacunarla o no?

Con Leonel Briozzo como subsecretario la respuesta era una y ahora, con Jorge Quian como director de salud, es otra. El primero, ginecólogo, tuvo que ceder ante la presión política pero se aferró a la postura de que la vacuna simplemente debía ofrecerse: ni recomendarse, ni ser obligatoria. El segundo, pediatra, en cuanto pisó el MSP se puso en campaña para mejorar la reputación de la vacuna y logró cambiarla de estatus: ahora no solo se ofrece, sino que se recomienda.

En concreto, tras el cambio de postura se dejó de exigir la firma de un consentimiento informado en el que la adolescente debía decir que sabía el alcance de la vacuna, sus limitaciones, sus efectos secundarios probables. Ahora tampoco se pide una orden del médico indicando la vacunación; basta con que la beneficiaria se presente en un vacunatorio cualquiera —público o privado, sin importar dónde se atienda. Para el senador blanco Javier García, fuerte impulsor de la vacuna desde hace años, sigue sin ser suficiente. Él pretende que sea obligatoria.

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En estos dos años de vaivenes políticos se vacunaron gratis entre 22.000 y 23.000 niñas nacidas en los años 2000, 2001, 2002 y 2003. ¿Son muchas? Más bien son pocas si se tiene en cuenta que se calcula que hay unas 25.000 mujeres por «cohorte» o generación. Desde que comenzó a vacunar hasta ahora, el MSP compró 152.000 dosis. Eso hubiera alcanzado para más de 50.000 adolescentes previendo que cada una debe recibir tres dosis para completar el tratamiento. En definitiva, se vacunaron la mitad de las chicas que tuvieron la posibilidad de hacerlo.

Esos y otros datos sobre la vacunación contra el HPV surgen de la respuesta del MSP a un pedido de acceso a la información pública realizado por El País en febrero. Primero el ministerio entregó una respuesta parcial, que no contestaba todas las preguntas. Tras la mediación de la Unidad de Acceso a la Información Pública, respondieron lo que faltaba.

No todas las 22.494 adolescentes que se vacunaron hasta enero de este año completaron sus tres dosis. De hecho, solo 11.945 —prácticamente la mitad— recibieron los tres pinchazos. La indicación científica es clara: con menos de tres dosis no se alcanza el efecto esperado. En otras palabras, las otras 10.549 perdieron el tiempo (y la plata del MSP). De las 100.000 que tuvieron la oportunidad de vacunarse (integrantes de cuatro generaciones), solo el 10% lo hizo cabalmente.

La cifra mejora un poco si se mira a la cohorte 2001, la primera que habilitó el MSP. Entre las que nacieron ese año un 65% completó el tratamiento. Igual, el ministro Jorge Basso admitió hace un tiempo en una entrevista a El País que no estaba conforme: «Vamos a tener que mejorar esto», dijo.

En términos de dinero, el gasto total hasta ahora en vacunas fue de US$ 2,5 millones. Se compraron dosis en tres tandas y a dos laboratorios distintos. (El detalle se puede ver en la infografía de la página siguiente). Hubo 32.791 dosis que vencieron antes de aplicarse.

Pros y contras.

Buena parte de la discusión de estos años se centró en dos aspectos: la eficacia de la vacuna y sus efectos secundarios.

Lo primero todavía está por verse. Dice la respuesta elaborada en la división Epidemiología del MSP: «No se cuenta aún con la información suficiente. Se recurrirá a fuentes como los registros de mortalidad y morbilidad de la lesiones (por HPV) vigiladas a largo plazo. No olvidar que se están previniendo lesiones que pueden darse a los 25 o más años de las adolescentes de la cohorte indicada».

Pero Quian —que dice saber más de vacunas que de pediatría— se anima a un poco más. «Ya hay información como para hacer una evaluación preliminar pequeña. En Estados Unidos (pionero en la incorporación de esta vacuna, en 2006) empezó a disminuir la circulación del virus y hay menos lesiones premalignas», dijo a El País.

En definitiva, razona Quian, se sabe que el HPV es imprescindible para desarrollar cáncer, y que la vacuna reduce el HPV. Para decir que baja la incidencia del cáncer de cuello de útero hay que esperar décadas, pero no para recomendarla. En términos similares se expresó la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, que en 2011 hizo un estudio encargado por el MSP.

Los detractores de la promoción generalizada de la vacuna, como Briozzo, se basan en que no protege contra todos los tipos de HPV (aunque sí abarca a los cuatro más frecuentes) y que su efectividad no está demostrada. Siendo jerarca del MSP, Briozzo insistió con la importancia del pap y el uso del preservativo como las principales medidas de protección.

El otro foco polémico de la vacuna, sus consecuencias negativas. Basta con googlear para asustarse: desde verrugas en el rostro o las manos hasta parálisis cerebral; desde daños en el sistema inmunológico hasta la muerte.

En Uruguay, en estos dos años de vacunación gratuita, se reportaron 30 efectos adversos asociados. Fueron, en total, 26 adolescentes de las 22.000 que se vacunaron. Hubo cinco casos que el sistema de vigilancia del MSP clasificó como «graves». Entran en esta categoría los efectos que requieren internación, causan secuelas, amenazan la vida o producen la muerte. La información que aportó el MSP para este informe no aclara qué fue lo que sucedió en cada uno de esos cinco casos, pero sí que no hubo muertes.

De los cinco casos graves, solo uno «fue imputado como relacionado a la vacunación». Esa adolescente «tuvo una buena evolución». En otro caso se descartó que el efecto fuera consecuencia de la vacuna, y en los tres restantes no se pudo concluir ni una cosa ni la otra.

¿Es lo que se esperaba? ¿Es mucho o es poco? Para Quian, «es nada». «No es mucho, y además seguramente haya tenido un mayor reporte (en comparación con otras) por el temor que se generó. Creo que se manejó mal el tema, se politizó. Es una vacuna como otras. Los efectos son los que dan las demás vacunas: fiebre, enrojecimiento, malestar», dijo. Y las consecuencias graves también están asociadas a otras vacunas, según el especialista.

Los efectos adversos de la vacuna anti HPV representan el 15% de las vacunas incluidas en el Plan Nacional de Vacunación, integrado por otras 10. Tiene más reportes que una vacuna promedio, pero la diferencia no es sustancial.

Quian explicó que las vacunas se dan a gente sana para que no se enferme, al igual que los medicamentos se recetan a los enfermos para que se curen. «Ambos tienen efectos secundarios», simplificó. «Todas las vacunas pueden tener efectos graves, pero serán 10 en un millón».

El torrente de información negativa contra este fármaco tiene que ver, según él, con un movimiento más global «antivacunas», integrado por «gente que no sabe de medicina». Lo que ha pasado en países como Colombia o México, donde cientos de niñas resultaron afectadas, se debió —según él— a que no se mantuvo la cadena de frío como es debido, o a que el fármaco se contaminó. «Quiero transmitir tranquilidad a la población: esas cosas no pasan en Uruguay», dijo.

El Movimiento Nacional de Usuarios no recibió hasta ahora ninguna denuncia. En otros países del mundo, como España o Estados Unidos, hay verdaderas asociaciones que exhiben los rostros de niñas muertas y reclaman estudios más profundos sobre los perjuicios de la vacuna.

MSP 2011.

En 2011 se crea el Plan Nacional de Prevención de Cáncer de Cuello Uterino en el Ministerio de Salud Pública con el objetivo de promover medidas de prevención, sobre todo preservativo y papanicolau.

Se encomienda a la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer analizar la pertinencia de incluir la vacuna contra el virus del papiloma humano en el esquema de vacunación. La comisión recomienda aplicar la vacuna a las mujeres de 12 años y seguir con otras medidas de prevención.

El MSP resuelve no establecer la obligatoriedad de la vacuna ni recomendarla. «El perfil de seguridad a mediano y largo plazo se desconoce, la eficacia para prevenir cáncer de cuello uterino no se ha podido demostrar aún (…)», decía un material que se entregaba a los médicos.

Se decide solo ofrecer la vacuna. Se requiere orden médica y firma de consentimiento informado de la vacunada.

MSP 2015.

En abril de este año, con el cambio de autoridades en el MSP, se resuelve dejar de ofrecer la vacuna y pasar a recomendarla. Sigue sin ser obligatoria pero pasa a integrar el Plan Nacional de Vacunación.

Esto implica algunas modificaciones concretas: ya no se requiere que haya indicación médica y tampoco se exige que exista consentimiento firmado por escrito, lo que, según el ministro Jorge Basso, «de alguna manera podía generar algún tipo de dificultad o traba».

El director de Salud, Jorge Quian, dijo: «La vacunación es especialmente recomendada por el ministerio, porque está demostrado que esta vacuna, junto a otras medidas que no se deben abandonar como el papanicolau y el examen ginecológico, son medidas importantes para combatir el cáncer de cuello uterino».

El ministro informa que sigue con atención la evidencia internacional para evaluar la eventual vacunación de hombres.

El MSP manda mensajes de texto como recordatorio.

El Departamento de Comunicación del MSP aplica un mecanismo recordatorio cuando una adolescente inicia la vacunación pero no completa las tres dosis que se requieren para adquirir la inmunización. Luego de la primera se debe esperar dos meses para la segunda, y otros cuatro para completar el tratamiento.

Cuando falta una semana para que se cumplan los dos meses de la primera dosis, el MSP envía un mensaje de texto al celular de la adolescente avisando que se cumple la fecha. Lo mismo cuando es momento de la tercera dosis. De todas formas, los avisos no han funcionado en la mitad de las adolescentes que iniciaron la vacunación.

El MSP hizo una promoción publicitaria al inicio de la campaña, en 2013. El foco se puso en la prevención del HPV mediante papanicolau frecuente y uso de preservativo, pero no en la vacuna. Los médicos recibieron material gráfico explicativo. Después de eso no hubo más campañas.

 

FUENTE: http://www.elpais.com.uy/que-pasa/hpv-vacuna-msp-presa-polemicas.html

 

 

 

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